Según Diógenes, el filósofo griego, es posible alcanzar la felicidad
deshaciéndose de lo superfluo. Paradójicamente, muchas personas sufren el
síndrome que lleva su nombre. La acumulación de objetos de toda índole con un
posible uso específico llega a extremos casi insospechados y su particular visión
del mundo no deja indiferente a nadie. Imaginarnos como un personaje de estas
características e intentar transmitir sus pensamientos lo más fielmente posible a
través del monólogo interior, con sus desórdenes e incoherencias,
retrospecciones y anticipaciones, nos ayudará a comprender que las fronteras de
la realidad siempre son mágicas y cambiantes.
