«Derramo en las almas las eternas locuras, planes de dicha, fantasías de porvenir, sueños de gloria, juramentos de amor, altas resoluciones…»
G. Flaubert
Si hay una dicotomía que marque la historia literaria de principio a fin es aquella que contrapone la razón a la locura, que tan bien supo plasmar Cervantes en sus célebres personajes. El apego a la realidad, la sensatez, el peso de las necesidades materiales frente al ideal artístico o el afán expresivo, las ansias nunca satisfechas o la búsqueda perenne de la inmortalidad a través del lenguaje son factores que determinan el proceso creativo.
En la sesión de este martes, que concluye la presente temporada, veremos cómo dos caracteres aparentemente contrapuestos construyen, a través del diálogo, sus propios castillos en el aire, esas quimeras que trazan siempre una línea en el horizonte que se va alejando a medida que nos acercamos a ella y que refleja esa lucha incansable entre el deseo y la realidad, entre las aspiraciones y las motivaciones personales y las circunstancias sociales o ambientales que determinarán el fracaso o el éxito de las hazañas que emprendamos.