“Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de repente cambiaron todas las preguntas”
Mario Benedetti
Comienza un nuevo ciclo del Taller de Creación Literaria de El Llano. Este mes de septiembre, después de una época marcada por la virtualidad y la incertidumbre, retomamos la actividad presencial, aunque manteniendo las pautas marcadas por las autoridades sanitarias.
Si hay algo que pueda caracterizar los acontecimientos que han tenido lugar estos últimos meses ha sido, sin lugar a dudas, su marcado carácter distópico. Lo insólito se torna cotidiano y la rutina se vuelve extraordinaria, transformando los espacios comunes en vacíos y las paredes del hogar en prisiones, con las ventanas y los balcones como únicos escenarios de la vida social y como fronteras entre dos mundos, el interior y el exterior. Es precisamente en la tensión entre opuestos donde se origina la obra literaria, tal y como pudimos comprobar en el taller con ese juego de palabras contrastadas referidas al espacio, al tiempo, al género o a la geometría.
No obstante, si hay una lección que hemos aprendido últimamente, es que las líneas siempre se desdibujan y los muros se acaban agrietando, abriéndose a elementos convergentes e inspiradores. En esas superficies resbaladizas de una realidad cambiante y poliédrica situaremos nuestro relato del próximo día: las luces a través de la ventana como consigna o propuesta creativa, como sugerencia de una realidad ajena, escurridiza e imaginada, conformada a partir de miradas indiscretas, una secuencia de actos individuales de una misma representación bañados en una cálida luz amarilla que, tal y como vimos en los cuadros de E. Hopper, no dejan de ser un pequeño atisbo de las miserias y las cualidades humanas.
Clubes de Lectura de Gijón/Xixón 