Todas las cartas de amor son
Fernando Pessoa
ridículas.
No serían cartas de amor si no fuesen
ridículas.
También escribí en mi tiempo cartas de amor,
como las demás,
ridículas.
Las cartas de amor, si hay amor,
tienen que ser
ridículas.
Pero, al fin y al cabo,
sólo las criaturas que nunca escribieron cartas de amor
sí que son
ridículas.
Quién me diera el tiempo en que escribía
sin darme cuenta
cartas de amor
ridículas.
La verdad es que hoy mis recuerdos
de esas cartas de amor
sí que son
ridículos.
(Todas las palabras esdrújulas,
como los sentimientos esdrújulos,
son naturalmente
ridículas).
El tema central de nuestra sesión fue el amor, aprovechando que la sesión fue el 14 de febrero, Día de San Valentín. Leímos y comentamos una selección de los mejores poemas amorosos escritos en lengua española. A continuación, leímos y analizamos los textos realizados por los alumnos. El ejercicio propuesto consistía en escribir una carta de amor, libertad absoluta en cuanto al destinatario y al contexto porque, recordemos, la literatura también es ficción.
El ejercicio para la próxima sesión es relatar una anécdota sobre un viaje (físico o emocional). Requisitos: debe estar narrado en 1.ª persona del singular (yo) y en pasado. Hay que tener en cuenta las siguientes cuestiones: ¿a qué aspectos le das más atención? ¿Qué emociones resaltas? ¿Qué enfrentamientos abarcas?